
Se puede presumir que el interés público es aquello que
los hombres escogerían si vieran claramente, pensaran
racionalmente y actuaran desinteresadamente.
Walter Lippmann
Introducción
En una democracia la deliberación de los ciudadanos representa que estos participen activamente en la vida pública y que las políticas gubernamentales realmente se adapten a sus necesidades. La política deliberativa es una concepción de Jürgen Habermas, teórico alemán que es considerado como el último representante de la escuela de Frankfurt[1].
Este autor posee un pensamiento que se distingue de quienes anteriormente pertenecieron a esta corriente de pensamiento, pues personalidades como Horkheimer y Adorno pensaban que el proyecto de la modernidad había terminado, sin embargo Habermas sostiene que si bien es cierto este se encuentra en graves dificultades aún se sostiene, y se debía de rescatar.
A raíz de esa notable diferencia de pensamiento Habermas ha elaborado gran cantidad de propuestas para las sociedades actuales, sin embargo para efectos de esta investigación nos basaremos en la ya mencionada política deliberativa, por lo que hemos dividido este trabajo en dos partes, la primera se titula la política deliberativa en donde exponemos la teoría de este autor y tratamos de incluir nuestras opiniones particulares, ya que creemos que no le da importancia a variables muy influyentes y que ve a esta teoría como una panacea. La segunda parte se titula la experiencia brasileña de los presupuestos participativos, tomamos este caso como modelo de lo que puede llegar a representar la implementación de la política deliberativa.
De esta forma pretendemos dar un panorama global, pues complementamos la teoría con un una experiencia exitosa, logrando mostrar las ventajas y las limitaciones del instrumento, con el fin de que se observe que tan factible es su implementación.
Política deliberativa
Actualmente hablar de democracia es cosa de todos los días, sin embargo los académicos se han encargado de adherirle apellidos como directa, representativa, participativa e incluso deliberativa. El verdadero problema de esta multiplicidad de variables es que muchos de los ciudadanos hacemos uso indistintos de las mismas, y todo se debe a que en la mayoría de los casos practicamos una mezcla de cada uno de los modelos a los que se refieren a este segundo nombre de la palabra democracia.
Debemos de iniciar recordando que en la polis griega se tomaban decisiones después de haber “deliberado” sobre los pros y los contras de una propuesta, delibera quien efectúa un análisis exhaustivo de una variedad de alternativas. De esta forma tenemos que la palabra deliberación se practico primero en la vida pública de los ciudadanos que en la privada (Cortina, 2004:1).
En término de deliberación ha sido retomado por Habermas, de tal forma que a pasado a ser parte importante del pensamiento de este autor, pues lo a adaptado a las necesidades de las sociedades actuales. De esta forma Habermas ha creado la teoría de la política deliberativa, la cual parte de la idea de que la política es una actividad de todos los ciudadanos, los cuales la practican a través de la acción comunicativa. De esta forma Habermas desecha la idea de que la política debe de ser un monopolio institucional.
La política deliberativa se puede entender a través del siguiente diagrama:
Política deliberativa
Espacio público
Espacio público
Poder Social
Poder Comunicativo
Poder Administrativo
(Informal)
(Formal/Institucional)
Nota: El cuadro no se puede publicar como lo realice originalmente, por ello les pido se comuniquen conmigo.
Fuente: Elaboración propia mediante la información del curso de Teoría Política III.
En una primera instancia la política deliberativa requiere que se de una deliberación entre la sociedad civil[2] en el espacio público informal, en este proceso los ciudadanos critican las acciones gubernamentales, generan propuestas y demandas, sin embargo no hay que olvidar que todo lo que ahí se trata tiene que ver con la polis, después de que se realiza este primer paso los partidos políticos son los encargados de llevar las conclusiones del paso anterior al espacio público formal, el cual por excelencia lo conforman la cámara de diputados y de senadores, para que desde ese lugar se toman las decisiones finales tomando en cuenta lo que opinó la ciudadanía.
En esta deliberación se trata de pasar de un “yo quiero” a un “nosotros necesitamos”, es decir, lo que se pretende es crear un consenso entre los ciudadanos, los cuales en un principio tratan de perseguir sus intereses particulares, y la diferencia de la política deliberativa es que trata de que se cree un interés común, a diferencia de la política agregativa la cual trata de que los intereses particulares se vayan agregando.
Después de pasar por el proceso de formalización se pasa a lo que Habermas llama la acción política (Velasco, 1996:15), la cual se trata de decidir a través de la palabra sobre el bien común.
A pesar de que la política deliberativa pareciera ser una panacea esta tiene grandes debilidades. Lo primero que hemos notado es que Habermas no le da prioridad a la necesidad de contar con un mínimo de información, lo cual permitiría que la ciudadanía delibere con la certeza de obtener conclusiones racionales.
Respecto a lo anterior, Habermas es claro cuanto señala que para los fines de la política deliberativa basta con que la ciudadanía pueda emitir una opinión (Habermas, 1996). Opinar implica exteriorizar una concepción personal, la cual generalmente carece de argumentos, ya que cuando se obtienen fundamentos, pasa de ser una opinión a ser ciencia. A pesar de estos argumentos creemos que es necesaria una dosis de racionalidad para poder llegar a consensos que respondan al interés común y creen alternativas viables.
Si algo debemos de tomar en cuenta respecto al tiempo es que no hay. De esta premisa se desprende que la política deliberativa al absorber gran cantidad de tiempo en tratar de consensuar entre los individuos mediante el lenguaje suele ser remplazada por el método de la mayoría relativa, pues este suele ser más practico al someter a votación las diferentes alternativas, de tal forma que la que resulte con mayor cantidad de votos será la que se llevará acabo.
En México, según nuestra concepción, la democracia se limita a ser un método de elección de representantes, los cuales son elegidos por mayoría relativa o por representación proporcional mediante un proceso electoral. Quienes resultan electos adquieren el monopolio de la toma de decisiones, sin importar el impacto que estas representen.
Al inicio de este trabajo hablábamos de los muchos apellidos que se le han impuesto a la democracia, por lo que tomando en cuenta lo antes descrito debemos de analizar si en nuestro sistema político hay cabida para la practica de la política deliberativa, si políticamente es viable su práctica, tomando en cuenta que suele invadir algunas de las atribuciones de nuestros representantes, y cuál es la disposición participativa por parte de la ciudadanía.
Creemos que a práctica parcial de la política deliberativa es posible, por parcial nos referimos a que esta propuesta viene a complementar y no a sustituir los sistemas preexistentes, es decir, es prácticamente imposible cambiar la forma de toma de decisiones del Congreso de la Unión[3] pues llegar a un consenso entre 500 diputados a través de recursos lingüísticos es muy utópico. Sin embargo la política deliberativa puede funcionar en las comunidades, de tal forma que estas lleguen a consensos respecto a propuestas o demandas que deberán ser atendidas por las autoridades gubernamentales, debemos de considerar que los aspectos fundamentales como la política económica deben de quedar fuera de la deliberación ciudadana, pues requieren de ciencia y no de opinión.
Por otro lado, la disposición de la ciudadanía depende prácticamente del nivel de desarrollo de su capital social[4], pues este es el conjunto de valores que permite que una sociedad participe. Esta disposición también se encuentra condicionada por la capacidad individual de generar opiniones autónomas; para que esta autonomía pueda ser real es necesario que los medios de comunicación sean lo mas objetivos posible, y que se publique la información mínima necesaria.
No podemos dejar de lado el papel de los partidos políticos, los cuales deben de olvidar la vieja máxima de “conmigo o contra mi”, y dejaran de ser maquinarias electorales, para llevar acabo su verdadera función, es decir que fueran realmente la conexión entre el espacio público informal y el espacio público formal.
Sin embargo creo que a niveles macros es muy utópico creer que la política deliberativa se puede llevar a la práctica al pie de la letra, pero si es factible que esta ayude a legitimar algunas de las acciones gubernamentales, dándole la oportunidad a los ciudadanos de expresar sus demandas y de proponer políticas públicas que realmente respondan a sus necesidades fundamentales.
Un ejemplo de aplicación de la política deliberativa es el caso de Porto Alegre en Brasil, en donde se creo el programa de los Presupuestos Participativos, el cual se ha replicado en el resto del mundo principalmente en la sociedad europea, ya que es sumamente efectivo.
El presupuesto participativo en Porto Alegre, Brasil
Las democracias modernas se enfrentan constantemente a la falta de legitimidad, transparencia y rendición de cuentas, de credibilidad y a querer abarcar todo. Estos son sólo algunos problemas que se acrecientan constantemente. Como respuesta a estas fallas se crearon los presupuestos participativos, que pretenden reducir la distancia entre representantes y representados, ser un sistema de rendición de cuentas y lograr aumentar la credibilidad de los gobernados al cumplir con los compromisos que se vayan creando.
El presupuesto participativo es un método mediante el cual los ciudadanos de una comunidad deciden en que se va a invertir una parte del presupuesto municipal, este proceso implica tres criterios: 1) participación, en donde los ciudadanos tomarán parte del proceso de toma de decisiones y deliberaran hasta llegar a un consenso, 2) organización a nivel local, pues se deben de crear asambleas ciudadanas y 3) continuidad, es decir este proceso debe de repetirse durante todas sus etapas.
La implementación de este instrumento inicia con una convocatoria emitida por el poder ejecutivo, esto es seguido por un proceso de organización municipal, ya que es necesario que el municipio se divida territorialmente en varias áreas, esto con el fin de hacer más eficiente el proceso, al finalizar la división se procede a formar asambleas ciudadanas en las cuales se elegirá a un representante, quienes resulten electos se reunirán en comisiones para jerarquizar algunos proyectos.
Al finalizar estas etapas del presupuesto participativo se obtienen diversas alternativas, de las cuales las asambleas deben de escoger la que mejor se adapte a sus necesidades, esto se lleva acabo en el espacio público informal mediante la deliberación de los ciudadanos a través del lenguaje.
De esta forma los acuerdos pasan al poder legislativo, es decir al espacio público formal y quien cumplen el papel de interlocutor es el ejecutivo, pues los representantes de cada asamblea le hacen saber lo acordado para que se realice un escrito formal y de esta forma se pase a las cámaras. Debemos de considerar la presencia gubernamental como facilitador de información durante todo el proceso, se limita a esta función ya que durante las asambleas no tiene voto. Para finalizar con la implementación del presupuesto participativo el ejecutivo debe de realizar lo aprobado por la ciudadanía y el poder legislativo.
Lo que se intenta es conjugar la democracia representativa con la democracia directa mediante la participación de los ciudadanos. En el caso de Porto Alegre el proceso para la implementación de los presupuestos representativos se inició con las reformas de 1988, en las cuales se estableció la democracia semi-directa y se amplió el papel del municipio (Vite, 2005). Aunque gran cantidad de los aspectos plasmados en la constitución no se han llevado a la práctica hay que reconocer que marco la pauta para la innovación.
De esta manera Porto Alegre fue el primer municipio en implementar los presupuestos participativos, para que se llevara acabo este proceso se dividió a la ciudad en 16 áreas, en las cuales se crearon asambleas en las cuales se eligieron dos representantes. Los representantes de cada asamblea participan en plenarias donde se jerarquizan algunos de los proyectos, hay que mencionar que el gobierno esta siempre presente con el fin de facilitar la información, recordemos que en la parte que antecede este apartado hablamos de la importancia de tener información mínima para poder opinar.
Después de pasar por todo este proceso se otorgan las primeras cifras de la parte del presupuesto que le corresponderá a cada comunidad, por lo que los ciudadanos de 16 años en adelante se reúnen en las asambleas en las cuales deliberan hasta llegar a un consenso en cuanto a lo que se desea realizar, es importante destacar que se elabora una lista de prioridades, y se va dejando para años posteriores lo que no fue elegido en ese momento.
El siguiente paso es comparar lo que se eligió con el presupuesto que manda la federación, en caso de alguna disparidad se realiza otra asamblea, terminado este proceso en donde se delibera en el espacio público informal y se requiere una nutrida participación ciudadana se pasan las conclusiones a el poder legislativo, en donde se aprueban, ya en un espacio público formal.
A continuación el ejecutivo tiene la responsabilidad de ejecutar lo que se ha aprobado, y para que haya una verdadera rendición de cuentas, este poder se ve obligado a rendir un informe ante las asambleas para informar lo que se hizo y en dado caso de que no se haya podido lograr con el objetivo, se debe de dar una explicación detallada de por que no se llevo acabo lo acordado. En todo el proceso se encuentra el gobierno como facilitador de información, hay que recordar que en las asambleas no tiene voto.
Considerando lo antes mencionado nos podemos dar cuenta que el presupuesto participativo y en si la política deliberativa es apta para niveles locales, pues no se intentado siquiera reproducir esta experiencia a nivel federal. Por otro lado no debemos de olvidar la importancia de la información, para que no exista el desinterés ciudadano que Habermas desconocía.
Otro aspecto que hay que destacar es que las diversas experiencias de presupuesto participativo nos confirman la tesis de que los ciudadanos sólo pueden tomar decisiones en aspectos que no son fundamentales, en este aso en particular solo se utiliza para decidir obra pública. De esta forma tenemos que la política deliberativa a través de instrumentos como los presupuestos participativos viene a ser una respuesta positiva a las fallas democráticas.
Consideraciones Finales
La política deliberativa viene a reforzar nuestro sistema de toma de decisiones, ya que le otorga la posibilidad de crear políticas públicas que realmente respondan a las necesidades de la población, por otro lado incentiva la participación ciudadana, logrando que esta se involucre en los asuntos de la polis. A raíz de la motivación que es capaz de trasmitir a las sociedades se desarrolla el capital social de las mismas, logrando una mejor calidad de vida.
Hay que ser muy claros y reiterar que este sistema no viene a sustituir al preexistente, viene a complementarlo y a subsanar fallas democráticas, pues permite a través de instrumentos como el presupuesto participativo rendir cuentas y lograr transparentar los recursos con los que cuenta la administración pública, lo que a su vez se traduce en credibilidad.
De esta forma el gobierno puede llevar acabo acciones fundamentadas, y lograr oponer una legitimidad popular al capturar la confianza de quienes no votaron por los que en ese momento detentan el poder. Este procedimiento también acorta la distancia entre gobernantes y gobernados pues permite un contacto más directo con los mismos, y ayuda a cumplir las promesas de campaña.
Sin embargo a pesar de lo bien que suenan las bondades de la política deliberativa y en específico del presupuesto participativo habrá que tomar en cuenta sus deficiencias que muchas veces radica en la falta de información, o mejor dicho de la falta de una opinión autónoma, pues muchas veces suelen influir organizaciones con intereses particulares lo que dificulta que se llegue a un consenso.
Otro de los aspectos a corregir es la resistencia de los dirigentes por ceder parte de sus facultades a la población, sin embargo este instrumento es perfectible lo cual garantiza que se adapte a las sociedades cambiantes y que en realidad sea una respuesta positiva a las diferentes demandas ya sean de la ciudadanía o del mismo gobierno, por lo que no resta mas que seguir trabajando y tratar de implementar acciones como las antes mencionadas para lograr obtener una mejor calidad de vida y un país mucho más participativo.
Bibliografía
Habermans, Jürgen (1996) La inclusión del otro. Estudios de teoría política, Barcelona España, Paidós Básica.
Sartori, Giovanni (1987) ¿Qué es la democracia?, México, DF, Taurus.
Vitale, Denise (2005) Reforma del estado y democratización de la gestión pública: la experiencia brasileña del presupuesto participativo, en revista del CLAD Reforma y Democracia, Núm. 33 Caracas.
Fuentes electrónicas:
Cortina, Adela (2004) Democracia deliberativa, consultado en: http://www.etnor.org/, el día 15 de noviembre de 2008, ETENOR.
[1] Es una corriente de pensamiento que engloba un gran número de investigaciones como económicas, sociológicas, filosofía entre otras. Los temas principales de esta escuela son su visión de la modernidad, la razón y el progreso, hasta hoy ha habido tres generaciones de investigadores, siendo Habermas en representante de la última generación.
[2] Por sociedad civil se entiende todo lo que no es Estado, y por lo tanto mantiene su independencia, sin embargo esto no implica que no se pueda trabajar en conjunto o coincidir en algunos aspectos.
[3] El proceso de toma de decisiones en el Congreso de la Unión se da mediante el método de mayoría relativa, se somete a votación la propuesta y si es apoyada por el 50% de los diputados más uno (salvo excepciones establecidas por la constitución mexicana) se aprueba y se pasa a las instancias correspondientes para su ejecución.
[4] El capital social se puede definir como una serie de valores y capacidades de los individuos los cuales forman criterios en la población que conlleva a que esta participe o no en los procesos participativos, ya que en su conjunto forman una actitud social que los lleva a enfrentar los diversos problemas colectivos.
los hombres escogerían si vieran claramente, pensaran
racionalmente y actuaran desinteresadamente.
Walter Lippmann
Introducción
En una democracia la deliberación de los ciudadanos representa que estos participen activamente en la vida pública y que las políticas gubernamentales realmente se adapten a sus necesidades. La política deliberativa es una concepción de Jürgen Habermas, teórico alemán que es considerado como el último representante de la escuela de Frankfurt[1].
Este autor posee un pensamiento que se distingue de quienes anteriormente pertenecieron a esta corriente de pensamiento, pues personalidades como Horkheimer y Adorno pensaban que el proyecto de la modernidad había terminado, sin embargo Habermas sostiene que si bien es cierto este se encuentra en graves dificultades aún se sostiene, y se debía de rescatar.
A raíz de esa notable diferencia de pensamiento Habermas ha elaborado gran cantidad de propuestas para las sociedades actuales, sin embargo para efectos de esta investigación nos basaremos en la ya mencionada política deliberativa, por lo que hemos dividido este trabajo en dos partes, la primera se titula la política deliberativa en donde exponemos la teoría de este autor y tratamos de incluir nuestras opiniones particulares, ya que creemos que no le da importancia a variables muy influyentes y que ve a esta teoría como una panacea. La segunda parte se titula la experiencia brasileña de los presupuestos participativos, tomamos este caso como modelo de lo que puede llegar a representar la implementación de la política deliberativa.
De esta forma pretendemos dar un panorama global, pues complementamos la teoría con un una experiencia exitosa, logrando mostrar las ventajas y las limitaciones del instrumento, con el fin de que se observe que tan factible es su implementación.
Política deliberativa
Actualmente hablar de democracia es cosa de todos los días, sin embargo los académicos se han encargado de adherirle apellidos como directa, representativa, participativa e incluso deliberativa. El verdadero problema de esta multiplicidad de variables es que muchos de los ciudadanos hacemos uso indistintos de las mismas, y todo se debe a que en la mayoría de los casos practicamos una mezcla de cada uno de los modelos a los que se refieren a este segundo nombre de la palabra democracia.
Debemos de iniciar recordando que en la polis griega se tomaban decisiones después de haber “deliberado” sobre los pros y los contras de una propuesta, delibera quien efectúa un análisis exhaustivo de una variedad de alternativas. De esta forma tenemos que la palabra deliberación se practico primero en la vida pública de los ciudadanos que en la privada (Cortina, 2004:1).
En término de deliberación ha sido retomado por Habermas, de tal forma que a pasado a ser parte importante del pensamiento de este autor, pues lo a adaptado a las necesidades de las sociedades actuales. De esta forma Habermas ha creado la teoría de la política deliberativa, la cual parte de la idea de que la política es una actividad de todos los ciudadanos, los cuales la practican a través de la acción comunicativa. De esta forma Habermas desecha la idea de que la política debe de ser un monopolio institucional.
La política deliberativa se puede entender a través del siguiente diagrama:
Política deliberativa
Espacio público
Espacio público
Poder Social
Poder Comunicativo
Poder Administrativo
(Informal)
(Formal/Institucional)
Nota: El cuadro no se puede publicar como lo realice originalmente, por ello les pido se comuniquen conmigo.
Fuente: Elaboración propia mediante la información del curso de Teoría Política III.
En una primera instancia la política deliberativa requiere que se de una deliberación entre la sociedad civil[2] en el espacio público informal, en este proceso los ciudadanos critican las acciones gubernamentales, generan propuestas y demandas, sin embargo no hay que olvidar que todo lo que ahí se trata tiene que ver con la polis, después de que se realiza este primer paso los partidos políticos son los encargados de llevar las conclusiones del paso anterior al espacio público formal, el cual por excelencia lo conforman la cámara de diputados y de senadores, para que desde ese lugar se toman las decisiones finales tomando en cuenta lo que opinó la ciudadanía.
En esta deliberación se trata de pasar de un “yo quiero” a un “nosotros necesitamos”, es decir, lo que se pretende es crear un consenso entre los ciudadanos, los cuales en un principio tratan de perseguir sus intereses particulares, y la diferencia de la política deliberativa es que trata de que se cree un interés común, a diferencia de la política agregativa la cual trata de que los intereses particulares se vayan agregando.
Después de pasar por el proceso de formalización se pasa a lo que Habermas llama la acción política (Velasco, 1996:15), la cual se trata de decidir a través de la palabra sobre el bien común.
A pesar de que la política deliberativa pareciera ser una panacea esta tiene grandes debilidades. Lo primero que hemos notado es que Habermas no le da prioridad a la necesidad de contar con un mínimo de información, lo cual permitiría que la ciudadanía delibere con la certeza de obtener conclusiones racionales.
Respecto a lo anterior, Habermas es claro cuanto señala que para los fines de la política deliberativa basta con que la ciudadanía pueda emitir una opinión (Habermas, 1996). Opinar implica exteriorizar una concepción personal, la cual generalmente carece de argumentos, ya que cuando se obtienen fundamentos, pasa de ser una opinión a ser ciencia. A pesar de estos argumentos creemos que es necesaria una dosis de racionalidad para poder llegar a consensos que respondan al interés común y creen alternativas viables.
Si algo debemos de tomar en cuenta respecto al tiempo es que no hay. De esta premisa se desprende que la política deliberativa al absorber gran cantidad de tiempo en tratar de consensuar entre los individuos mediante el lenguaje suele ser remplazada por el método de la mayoría relativa, pues este suele ser más practico al someter a votación las diferentes alternativas, de tal forma que la que resulte con mayor cantidad de votos será la que se llevará acabo.
En México, según nuestra concepción, la democracia se limita a ser un método de elección de representantes, los cuales son elegidos por mayoría relativa o por representación proporcional mediante un proceso electoral. Quienes resultan electos adquieren el monopolio de la toma de decisiones, sin importar el impacto que estas representen.
Al inicio de este trabajo hablábamos de los muchos apellidos que se le han impuesto a la democracia, por lo que tomando en cuenta lo antes descrito debemos de analizar si en nuestro sistema político hay cabida para la practica de la política deliberativa, si políticamente es viable su práctica, tomando en cuenta que suele invadir algunas de las atribuciones de nuestros representantes, y cuál es la disposición participativa por parte de la ciudadanía.
Creemos que a práctica parcial de la política deliberativa es posible, por parcial nos referimos a que esta propuesta viene a complementar y no a sustituir los sistemas preexistentes, es decir, es prácticamente imposible cambiar la forma de toma de decisiones del Congreso de la Unión[3] pues llegar a un consenso entre 500 diputados a través de recursos lingüísticos es muy utópico. Sin embargo la política deliberativa puede funcionar en las comunidades, de tal forma que estas lleguen a consensos respecto a propuestas o demandas que deberán ser atendidas por las autoridades gubernamentales, debemos de considerar que los aspectos fundamentales como la política económica deben de quedar fuera de la deliberación ciudadana, pues requieren de ciencia y no de opinión.
Por otro lado, la disposición de la ciudadanía depende prácticamente del nivel de desarrollo de su capital social[4], pues este es el conjunto de valores que permite que una sociedad participe. Esta disposición también se encuentra condicionada por la capacidad individual de generar opiniones autónomas; para que esta autonomía pueda ser real es necesario que los medios de comunicación sean lo mas objetivos posible, y que se publique la información mínima necesaria.
No podemos dejar de lado el papel de los partidos políticos, los cuales deben de olvidar la vieja máxima de “conmigo o contra mi”, y dejaran de ser maquinarias electorales, para llevar acabo su verdadera función, es decir que fueran realmente la conexión entre el espacio público informal y el espacio público formal.
Sin embargo creo que a niveles macros es muy utópico creer que la política deliberativa se puede llevar a la práctica al pie de la letra, pero si es factible que esta ayude a legitimar algunas de las acciones gubernamentales, dándole la oportunidad a los ciudadanos de expresar sus demandas y de proponer políticas públicas que realmente respondan a sus necesidades fundamentales.
Un ejemplo de aplicación de la política deliberativa es el caso de Porto Alegre en Brasil, en donde se creo el programa de los Presupuestos Participativos, el cual se ha replicado en el resto del mundo principalmente en la sociedad europea, ya que es sumamente efectivo.
El presupuesto participativo en Porto Alegre, Brasil
Las democracias modernas se enfrentan constantemente a la falta de legitimidad, transparencia y rendición de cuentas, de credibilidad y a querer abarcar todo. Estos son sólo algunos problemas que se acrecientan constantemente. Como respuesta a estas fallas se crearon los presupuestos participativos, que pretenden reducir la distancia entre representantes y representados, ser un sistema de rendición de cuentas y lograr aumentar la credibilidad de los gobernados al cumplir con los compromisos que se vayan creando.
El presupuesto participativo es un método mediante el cual los ciudadanos de una comunidad deciden en que se va a invertir una parte del presupuesto municipal, este proceso implica tres criterios: 1) participación, en donde los ciudadanos tomarán parte del proceso de toma de decisiones y deliberaran hasta llegar a un consenso, 2) organización a nivel local, pues se deben de crear asambleas ciudadanas y 3) continuidad, es decir este proceso debe de repetirse durante todas sus etapas.
La implementación de este instrumento inicia con una convocatoria emitida por el poder ejecutivo, esto es seguido por un proceso de organización municipal, ya que es necesario que el municipio se divida territorialmente en varias áreas, esto con el fin de hacer más eficiente el proceso, al finalizar la división se procede a formar asambleas ciudadanas en las cuales se elegirá a un representante, quienes resulten electos se reunirán en comisiones para jerarquizar algunos proyectos.
Al finalizar estas etapas del presupuesto participativo se obtienen diversas alternativas, de las cuales las asambleas deben de escoger la que mejor se adapte a sus necesidades, esto se lleva acabo en el espacio público informal mediante la deliberación de los ciudadanos a través del lenguaje.
De esta forma los acuerdos pasan al poder legislativo, es decir al espacio público formal y quien cumplen el papel de interlocutor es el ejecutivo, pues los representantes de cada asamblea le hacen saber lo acordado para que se realice un escrito formal y de esta forma se pase a las cámaras. Debemos de considerar la presencia gubernamental como facilitador de información durante todo el proceso, se limita a esta función ya que durante las asambleas no tiene voto. Para finalizar con la implementación del presupuesto participativo el ejecutivo debe de realizar lo aprobado por la ciudadanía y el poder legislativo.
Lo que se intenta es conjugar la democracia representativa con la democracia directa mediante la participación de los ciudadanos. En el caso de Porto Alegre el proceso para la implementación de los presupuestos representativos se inició con las reformas de 1988, en las cuales se estableció la democracia semi-directa y se amplió el papel del municipio (Vite, 2005). Aunque gran cantidad de los aspectos plasmados en la constitución no se han llevado a la práctica hay que reconocer que marco la pauta para la innovación.
De esta manera Porto Alegre fue el primer municipio en implementar los presupuestos participativos, para que se llevara acabo este proceso se dividió a la ciudad en 16 áreas, en las cuales se crearon asambleas en las cuales se eligieron dos representantes. Los representantes de cada asamblea participan en plenarias donde se jerarquizan algunos de los proyectos, hay que mencionar que el gobierno esta siempre presente con el fin de facilitar la información, recordemos que en la parte que antecede este apartado hablamos de la importancia de tener información mínima para poder opinar.
Después de pasar por todo este proceso se otorgan las primeras cifras de la parte del presupuesto que le corresponderá a cada comunidad, por lo que los ciudadanos de 16 años en adelante se reúnen en las asambleas en las cuales deliberan hasta llegar a un consenso en cuanto a lo que se desea realizar, es importante destacar que se elabora una lista de prioridades, y se va dejando para años posteriores lo que no fue elegido en ese momento.
El siguiente paso es comparar lo que se eligió con el presupuesto que manda la federación, en caso de alguna disparidad se realiza otra asamblea, terminado este proceso en donde se delibera en el espacio público informal y se requiere una nutrida participación ciudadana se pasan las conclusiones a el poder legislativo, en donde se aprueban, ya en un espacio público formal.
A continuación el ejecutivo tiene la responsabilidad de ejecutar lo que se ha aprobado, y para que haya una verdadera rendición de cuentas, este poder se ve obligado a rendir un informe ante las asambleas para informar lo que se hizo y en dado caso de que no se haya podido lograr con el objetivo, se debe de dar una explicación detallada de por que no se llevo acabo lo acordado. En todo el proceso se encuentra el gobierno como facilitador de información, hay que recordar que en las asambleas no tiene voto.
Considerando lo antes mencionado nos podemos dar cuenta que el presupuesto participativo y en si la política deliberativa es apta para niveles locales, pues no se intentado siquiera reproducir esta experiencia a nivel federal. Por otro lado no debemos de olvidar la importancia de la información, para que no exista el desinterés ciudadano que Habermas desconocía.
Otro aspecto que hay que destacar es que las diversas experiencias de presupuesto participativo nos confirman la tesis de que los ciudadanos sólo pueden tomar decisiones en aspectos que no son fundamentales, en este aso en particular solo se utiliza para decidir obra pública. De esta forma tenemos que la política deliberativa a través de instrumentos como los presupuestos participativos viene a ser una respuesta positiva a las fallas democráticas.
Consideraciones Finales
La política deliberativa viene a reforzar nuestro sistema de toma de decisiones, ya que le otorga la posibilidad de crear políticas públicas que realmente respondan a las necesidades de la población, por otro lado incentiva la participación ciudadana, logrando que esta se involucre en los asuntos de la polis. A raíz de la motivación que es capaz de trasmitir a las sociedades se desarrolla el capital social de las mismas, logrando una mejor calidad de vida.
Hay que ser muy claros y reiterar que este sistema no viene a sustituir al preexistente, viene a complementarlo y a subsanar fallas democráticas, pues permite a través de instrumentos como el presupuesto participativo rendir cuentas y lograr transparentar los recursos con los que cuenta la administración pública, lo que a su vez se traduce en credibilidad.
De esta forma el gobierno puede llevar acabo acciones fundamentadas, y lograr oponer una legitimidad popular al capturar la confianza de quienes no votaron por los que en ese momento detentan el poder. Este procedimiento también acorta la distancia entre gobernantes y gobernados pues permite un contacto más directo con los mismos, y ayuda a cumplir las promesas de campaña.
Sin embargo a pesar de lo bien que suenan las bondades de la política deliberativa y en específico del presupuesto participativo habrá que tomar en cuenta sus deficiencias que muchas veces radica en la falta de información, o mejor dicho de la falta de una opinión autónoma, pues muchas veces suelen influir organizaciones con intereses particulares lo que dificulta que se llegue a un consenso.
Otro de los aspectos a corregir es la resistencia de los dirigentes por ceder parte de sus facultades a la población, sin embargo este instrumento es perfectible lo cual garantiza que se adapte a las sociedades cambiantes y que en realidad sea una respuesta positiva a las diferentes demandas ya sean de la ciudadanía o del mismo gobierno, por lo que no resta mas que seguir trabajando y tratar de implementar acciones como las antes mencionadas para lograr obtener una mejor calidad de vida y un país mucho más participativo.
Bibliografía
Habermans, Jürgen (1996) La inclusión del otro. Estudios de teoría política, Barcelona España, Paidós Básica.
Sartori, Giovanni (1987) ¿Qué es la democracia?, México, DF, Taurus.
Vitale, Denise (2005) Reforma del estado y democratización de la gestión pública: la experiencia brasileña del presupuesto participativo, en revista del CLAD Reforma y Democracia, Núm. 33 Caracas.
Fuentes electrónicas:
Cortina, Adela (2004) Democracia deliberativa, consultado en: http://www.etnor.org/, el día 15 de noviembre de 2008, ETENOR.
[1] Es una corriente de pensamiento que engloba un gran número de investigaciones como económicas, sociológicas, filosofía entre otras. Los temas principales de esta escuela son su visión de la modernidad, la razón y el progreso, hasta hoy ha habido tres generaciones de investigadores, siendo Habermas en representante de la última generación.
[2] Por sociedad civil se entiende todo lo que no es Estado, y por lo tanto mantiene su independencia, sin embargo esto no implica que no se pueda trabajar en conjunto o coincidir en algunos aspectos.
[3] El proceso de toma de decisiones en el Congreso de la Unión se da mediante el método de mayoría relativa, se somete a votación la propuesta y si es apoyada por el 50% de los diputados más uno (salvo excepciones establecidas por la constitución mexicana) se aprueba y se pasa a las instancias correspondientes para su ejecución.
[4] El capital social se puede definir como una serie de valores y capacidades de los individuos los cuales forman criterios en la población que conlleva a que esta participe o no en los procesos participativos, ya que en su conjunto forman una actitud social que los lleva a enfrentar los diversos problemas colectivos.