miércoles, 18 de marzo de 2009

La política deliberativa y la experiencia brasileña del presupuesto participativo


Se puede presumir que el interés público es aquello que
los hombres escogerían si vieran claramente, pensaran
racionalmente y actuaran desinteresadamente.
Walter Lippmann

Introducción

En una democracia la deliberación de los ciudadanos representa que estos participen activamente en la vida pública y que las políticas gubernamentales realmente se adapten a sus necesidades. La política deliberativa es una concepción de Jürgen Habermas, teórico alemán que es considerado como el último representante de la escuela de Frankfurt[1].
Este autor posee un pensamiento que se distingue de quienes anteriormente pertenecieron a esta corriente de pensamiento, pues personalidades como Horkheimer y Adorno pensaban que el proyecto de la modernidad había terminado, sin embargo Habermas sostiene que si bien es cierto este se encuentra en graves dificultades aún se sostiene, y se debía de rescatar.
A raíz de esa notable diferencia de pensamiento Habermas ha elaborado gran cantidad de propuestas para las sociedades actuales, sin embargo para efectos de esta investigación nos basaremos en la ya mencionada política deliberativa, por lo que hemos dividido este trabajo en dos partes, la primera se titula la política deliberativa en donde exponemos la teoría de este autor y tratamos de incluir nuestras opiniones particulares, ya que creemos que no le da importancia a variables muy influyentes y que ve a esta teoría como una panacea. La segunda parte se titula la experiencia brasileña de los presupuestos participativos, tomamos este caso como modelo de lo que puede llegar a representar la implementación de la política deliberativa.
De esta forma pretendemos dar un panorama global, pues complementamos la teoría con un una experiencia exitosa, logrando mostrar las ventajas y las limitaciones del instrumento, con el fin de que se observe que tan factible es su implementación.

Política deliberativa

Actualmente hablar de democracia es cosa de todos los días, sin embargo los académicos se han encargado de adherirle apellidos como directa, representativa, participativa e incluso deliberativa. El verdadero problema de esta multiplicidad de variables es que muchos de los ciudadanos hacemos uso indistintos de las mismas, y todo se debe a que en la mayoría de los casos practicamos una mezcla de cada uno de los modelos a los que se refieren a este segundo nombre de la palabra democracia.
Debemos de iniciar recordando que en la polis griega se tomaban decisiones después de haber “deliberado” sobre los pros y los contras de una propuesta, delibera quien efectúa un análisis exhaustivo de una variedad de alternativas. De esta forma tenemos que la palabra deliberación se practico primero en la vida pública de los ciudadanos que en la privada (Cortina, 2004:1).
En término de deliberación ha sido retomado por Habermas, de tal forma que a pasado a ser parte importante del pensamiento de este autor, pues lo a adaptado a las necesidades de las sociedades actuales. De esta forma Habermas ha creado la teoría de la política deliberativa, la cual parte de la idea de que la política es una actividad de todos los ciudadanos, los cuales la practican a través de la acción comunicativa. De esta forma Habermas desecha la idea de que la política debe de ser un monopolio institucional.
La política deliberativa se puede entender a través del siguiente diagrama:

Política deliberativa
Espacio público
Espacio público
Poder Social
Poder Comunicativo
Poder Administrativo
(Informal)
(Formal/Institucional)

Nota: El cuadro no se puede publicar como lo realice originalmente, por ello les pido se comuniquen conmigo.
Fuente: Elaboración propia mediante la información del curso de Teoría Política III.

En una primera instancia la política deliberativa requiere que se de una deliberación entre la sociedad civil[2] en el espacio público informal, en este proceso los ciudadanos critican las acciones gubernamentales, generan propuestas y demandas, sin embargo no hay que olvidar que todo lo que ahí se trata tiene que ver con la polis, después de que se realiza este primer paso los partidos políticos son los encargados de llevar las conclusiones del paso anterior al espacio público formal, el cual por excelencia lo conforman la cámara de diputados y de senadores, para que desde ese lugar se toman las decisiones finales tomando en cuenta lo que opinó la ciudadanía.
En esta deliberación se trata de pasar de un “yo quiero” a un “nosotros necesitamos”, es decir, lo que se pretende es crear un consenso entre los ciudadanos, los cuales en un principio tratan de perseguir sus intereses particulares, y la diferencia de la política deliberativa es que trata de que se cree un interés común, a diferencia de la política agregativa la cual trata de que los intereses particulares se vayan agregando.
Después de pasar por el proceso de formalización se pasa a lo que Habermas llama la acción política (Velasco, 1996:15), la cual se trata de decidir a través de la palabra sobre el bien común.
A pesar de que la política deliberativa pareciera ser una panacea esta tiene grandes debilidades. Lo primero que hemos notado es que Habermas no le da prioridad a la necesidad de contar con un mínimo de información, lo cual permitiría que la ciudadanía delibere con la certeza de obtener conclusiones racionales.
Respecto a lo anterior, Habermas es claro cuanto señala que para los fines de la política deliberativa basta con que la ciudadanía pueda emitir una opinión (Habermas, 1996). Opinar implica exteriorizar una concepción personal, la cual generalmente carece de argumentos, ya que cuando se obtienen fundamentos, pasa de ser una opinión a ser ciencia. A pesar de estos argumentos creemos que es necesaria una dosis de racionalidad para poder llegar a consensos que respondan al interés común y creen alternativas viables.
Si algo debemos de tomar en cuenta respecto al tiempo es que no hay. De esta premisa se desprende que la política deliberativa al absorber gran cantidad de tiempo en tratar de consensuar entre los individuos mediante el lenguaje suele ser remplazada por el método de la mayoría relativa, pues este suele ser más practico al someter a votación las diferentes alternativas, de tal forma que la que resulte con mayor cantidad de votos será la que se llevará acabo.
En México, según nuestra concepción, la democracia se limita a ser un método de elección de representantes, los cuales son elegidos por mayoría relativa o por representación proporcional mediante un proceso electoral. Quienes resultan electos adquieren el monopolio de la toma de decisiones, sin importar el impacto que estas representen.
Al inicio de este trabajo hablábamos de los muchos apellidos que se le han impuesto a la democracia, por lo que tomando en cuenta lo antes descrito debemos de analizar si en nuestro sistema político hay cabida para la practica de la política deliberativa, si políticamente es viable su práctica, tomando en cuenta que suele invadir algunas de las atribuciones de nuestros representantes, y cuál es la disposición participativa por parte de la ciudadanía.
Creemos que a práctica parcial de la política deliberativa es posible, por parcial nos referimos a que esta propuesta viene a complementar y no a sustituir los sistemas preexistentes, es decir, es prácticamente imposible cambiar la forma de toma de decisiones del Congreso de la Unión[3] pues llegar a un consenso entre 500 diputados a través de recursos lingüísticos es muy utópico. Sin embargo la política deliberativa puede funcionar en las comunidades, de tal forma que estas lleguen a consensos respecto a propuestas o demandas que deberán ser atendidas por las autoridades gubernamentales, debemos de considerar que los aspectos fundamentales como la política económica deben de quedar fuera de la deliberación ciudadana, pues requieren de ciencia y no de opinión.
Por otro lado, la disposición de la ciudadanía depende prácticamente del nivel de desarrollo de su capital social[4], pues este es el conjunto de valores que permite que una sociedad participe. Esta disposición también se encuentra condicionada por la capacidad individual de generar opiniones autónomas; para que esta autonomía pueda ser real es necesario que los medios de comunicación sean lo mas objetivos posible, y que se publique la información mínima necesaria.
No podemos dejar de lado el papel de los partidos políticos, los cuales deben de olvidar la vieja máxima de “conmigo o contra mi”, y dejaran de ser maquinarias electorales, para llevar acabo su verdadera función, es decir que fueran realmente la conexión entre el espacio público informal y el espacio público formal.
Sin embargo creo que a niveles macros es muy utópico creer que la política deliberativa se puede llevar a la práctica al pie de la letra, pero si es factible que esta ayude a legitimar algunas de las acciones gubernamentales, dándole la oportunidad a los ciudadanos de expresar sus demandas y de proponer políticas públicas que realmente respondan a sus necesidades fundamentales.
Un ejemplo de aplicación de la política deliberativa es el caso de Porto Alegre en Brasil, en donde se creo el programa de los Presupuestos Participativos, el cual se ha replicado en el resto del mundo principalmente en la sociedad europea, ya que es sumamente efectivo.

El presupuesto participativo en Porto Alegre, Brasil

Las democracias modernas se enfrentan constantemente a la falta de legitimidad, transparencia y rendición de cuentas, de credibilidad y a querer abarcar todo. Estos son sólo algunos problemas que se acrecientan constantemente. Como respuesta a estas fallas se crearon los presupuestos participativos, que pretenden reducir la distancia entre representantes y representados, ser un sistema de rendición de cuentas y lograr aumentar la credibilidad de los gobernados al cumplir con los compromisos que se vayan creando.
El presupuesto participativo es un método mediante el cual los ciudadanos de una comunidad deciden en que se va a invertir una parte del presupuesto municipal, este proceso implica tres criterios: 1) participación, en donde los ciudadanos tomarán parte del proceso de toma de decisiones y deliberaran hasta llegar a un consenso, 2) organización a nivel local, pues se deben de crear asambleas ciudadanas y 3) continuidad, es decir este proceso debe de repetirse durante todas sus etapas.
La implementación de este instrumento inicia con una convocatoria emitida por el poder ejecutivo, esto es seguido por un proceso de organización municipal, ya que es necesario que el municipio se divida territorialmente en varias áreas, esto con el fin de hacer más eficiente el proceso, al finalizar la división se procede a formar asambleas ciudadanas en las cuales se elegirá a un representante, quienes resulten electos se reunirán en comisiones para jerarquizar algunos proyectos.
Al finalizar estas etapas del presupuesto participativo se obtienen diversas alternativas, de las cuales las asambleas deben de escoger la que mejor se adapte a sus necesidades, esto se lleva acabo en el espacio público informal mediante la deliberación de los ciudadanos a través del lenguaje.
De esta forma los acuerdos pasan al poder legislativo, es decir al espacio público formal y quien cumplen el papel de interlocutor es el ejecutivo, pues los representantes de cada asamblea le hacen saber lo acordado para que se realice un escrito formal y de esta forma se pase a las cámaras. Debemos de considerar la presencia gubernamental como facilitador de información durante todo el proceso, se limita a esta función ya que durante las asambleas no tiene voto. Para finalizar con la implementación del presupuesto participativo el ejecutivo debe de realizar lo aprobado por la ciudadanía y el poder legislativo.
Lo que se intenta es conjugar la democracia representativa con la democracia directa mediante la participación de los ciudadanos. En el caso de Porto Alegre el proceso para la implementación de los presupuestos representativos se inició con las reformas de 1988, en las cuales se estableció la democracia semi-directa y se amplió el papel del municipio (Vite, 2005). Aunque gran cantidad de los aspectos plasmados en la constitución no se han llevado a la práctica hay que reconocer que marco la pauta para la innovación.
De esta manera Porto Alegre fue el primer municipio en implementar los presupuestos participativos, para que se llevara acabo este proceso se dividió a la ciudad en 16 áreas, en las cuales se crearon asambleas en las cuales se eligieron dos representantes. Los representantes de cada asamblea participan en plenarias donde se jerarquizan algunos de los proyectos, hay que mencionar que el gobierno esta siempre presente con el fin de facilitar la información, recordemos que en la parte que antecede este apartado hablamos de la importancia de tener información mínima para poder opinar.
Después de pasar por todo este proceso se otorgan las primeras cifras de la parte del presupuesto que le corresponderá a cada comunidad, por lo que los ciudadanos de 16 años en adelante se reúnen en las asambleas en las cuales deliberan hasta llegar a un consenso en cuanto a lo que se desea realizar, es importante destacar que se elabora una lista de prioridades, y se va dejando para años posteriores lo que no fue elegido en ese momento.
El siguiente paso es comparar lo que se eligió con el presupuesto que manda la federación, en caso de alguna disparidad se realiza otra asamblea, terminado este proceso en donde se delibera en el espacio público informal y se requiere una nutrida participación ciudadana se pasan las conclusiones a el poder legislativo, en donde se aprueban, ya en un espacio público formal.
A continuación el ejecutivo tiene la responsabilidad de ejecutar lo que se ha aprobado, y para que haya una verdadera rendición de cuentas, este poder se ve obligado a rendir un informe ante las asambleas para informar lo que se hizo y en dado caso de que no se haya podido lograr con el objetivo, se debe de dar una explicación detallada de por que no se llevo acabo lo acordado. En todo el proceso se encuentra el gobierno como facilitador de información, hay que recordar que en las asambleas no tiene voto.
Considerando lo antes mencionado nos podemos dar cuenta que el presupuesto participativo y en si la política deliberativa es apta para niveles locales, pues no se intentado siquiera reproducir esta experiencia a nivel federal. Por otro lado no debemos de olvidar la importancia de la información, para que no exista el desinterés ciudadano que Habermas desconocía.
Otro aspecto que hay que destacar es que las diversas experiencias de presupuesto participativo nos confirman la tesis de que los ciudadanos sólo pueden tomar decisiones en aspectos que no son fundamentales, en este aso en particular solo se utiliza para decidir obra pública. De esta forma tenemos que la política deliberativa a través de instrumentos como los presupuestos participativos viene a ser una respuesta positiva a las fallas democráticas.

Consideraciones Finales

La política deliberativa viene a reforzar nuestro sistema de toma de decisiones, ya que le otorga la posibilidad de crear políticas públicas que realmente respondan a las necesidades de la población, por otro lado incentiva la participación ciudadana, logrando que esta se involucre en los asuntos de la polis. A raíz de la motivación que es capaz de trasmitir a las sociedades se desarrolla el capital social de las mismas, logrando una mejor calidad de vida.
Hay que ser muy claros y reiterar que este sistema no viene a sustituir al preexistente, viene a complementarlo y a subsanar fallas democráticas, pues permite a través de instrumentos como el presupuesto participativo rendir cuentas y lograr transparentar los recursos con los que cuenta la administración pública, lo que a su vez se traduce en credibilidad.
De esta forma el gobierno puede llevar acabo acciones fundamentadas, y lograr oponer una legitimidad popular al capturar la confianza de quienes no votaron por los que en ese momento detentan el poder. Este procedimiento también acorta la distancia entre gobernantes y gobernados pues permite un contacto más directo con los mismos, y ayuda a cumplir las promesas de campaña.
Sin embargo a pesar de lo bien que suenan las bondades de la política deliberativa y en específico del presupuesto participativo habrá que tomar en cuenta sus deficiencias que muchas veces radica en la falta de información, o mejor dicho de la falta de una opinión autónoma, pues muchas veces suelen influir organizaciones con intereses particulares lo que dificulta que se llegue a un consenso.
Otro de los aspectos a corregir es la resistencia de los dirigentes por ceder parte de sus facultades a la población, sin embargo este instrumento es perfectible lo cual garantiza que se adapte a las sociedades cambiantes y que en realidad sea una respuesta positiva a las diferentes demandas ya sean de la ciudadanía o del mismo gobierno, por lo que no resta mas que seguir trabajando y tratar de implementar acciones como las antes mencionadas para lograr obtener una mejor calidad de vida y un país mucho más participativo.


Bibliografía


Habermans, Jürgen (1996) La inclusión del otro. Estudios de teoría política, Barcelona España, Paidós Básica.

Sartori, Giovanni (1987) ¿Qué es la democracia?, México, DF, Taurus.

Vitale, Denise (2005) Reforma del estado y democratización de la gestión pública: la experiencia brasileña del presupuesto participativo, en revista del CLAD Reforma y Democracia, Núm. 33 Caracas.


Fuentes electrónicas:

Cortina, Adela (2004) Democracia deliberativa, consultado en: http://www.etnor.org/, el día 15 de noviembre de 2008, ETENOR.
[1] Es una corriente de pensamiento que engloba un gran número de investigaciones como económicas, sociológicas, filosofía entre otras. Los temas principales de esta escuela son su visión de la modernidad, la razón y el progreso, hasta hoy ha habido tres generaciones de investigadores, siendo Habermas en representante de la última generación.
[2] Por sociedad civil se entiende todo lo que no es Estado, y por lo tanto mantiene su independencia, sin embargo esto no implica que no se pueda trabajar en conjunto o coincidir en algunos aspectos.
[3] El proceso de toma de decisiones en el Congreso de la Unión se da mediante el método de mayoría relativa, se somete a votación la propuesta y si es apoyada por el 50% de los diputados más uno (salvo excepciones establecidas por la constitución mexicana) se aprueba y se pasa a las instancias correspondientes para su ejecución.
[4] El capital social se puede definir como una serie de valores y capacidades de los individuos los cuales forman criterios en la población que conlleva a que esta participe o no en los procesos participativos, ya que en su conjunto forman una actitud social que los lleva a enfrentar los diversos problemas colectivos.

domingo, 15 de marzo de 2009

Alcances y limitaciones de la participación ciudadana en los municipios latinoamericanos




“En el caso de América Latina,
la mas desigual de todas las
regiones, la participación es una llave maestra para
que los pueblos recuperen su voz"[1].

Introducción

La participación ciudadana ha generado la esperanza dentro de las administraciones públicas municipales de América Latina de ser un instrumento que viene a complementar los esfuerzos del estado y del mercado, los cuales están orientados a buscar un mejor desarrollo social y ante todo el bien común. De esta forma la participación ciudadana viene a ser parte de las soluciones de las múltiples demandas sociales con la innovación de que ahora las mismas sociedades son parte de las respuestas a las mismas.

Sin embargo la participación ciudadana no es ni será el mecanismo que venga a solucionar todos los problemas pero si es un instrumento más con el cual se puede contar. Para saber cuales son los alcances y limitaciones de los procesos de participación ciudadana dividimos este trabajo en tres partes, la primera lleva por nombre la participación ciudadana en América Latina en donde damos un recorrido histórico del surgimiento de este mecanismo y el porque del mismo, haciendo énfasis en la región latinoamericana, enseguida se analizan las condicionantes de los procesos participativos los cuales han sido aprendizajes de experiencias exitosas, aquí se toma como referencia el caso de los presupuestos participativos de Porto Alegre y se mencionan los prerrequisitos de los procesos participativos como la movilización de la ciudadanía, al capital social, la motivación pública y la acción gubernamental, seguido de ello tenemos los alcances y las limitaciones de la participación ciudadana las cuales tienen gran relación con las condicionantes.

De esta forma nos podemos percatar que los resultados de los procesos de participación ciudadana tienen como resultado respuestas a las demandas prioritarias de la sociedad, le otorga a la misma capital social y subsana algunos de los problemas democráticos principalmente el de la representación, sin embargo de descuidar alguno de sus aspectos dicho proceso estaría orientado a intereses individuales, a clientelismo político y debilitaría la autoridad gubernamental.

La participación ciudadana en América Latina

El concepto de participación tiene sus orígenes en los años cincuenta[2], siendo los primeros en adoptarlo los organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas y el Banco Mundial, en primera instancia fue un instrumento para el combate a la pobreza para posteriormente utilizarlo como un mecanismo democratizador; a pesar del peso del nuevo concepto aún existía una gran distancia entre lo que se hacia y lo que se decía, pues las practicas participativas de orden internacional eran excluyentes, ya que nuca se le permitió a la ciudadanía participar directamente en la toma de decisiones.

Lo que se entendía por participación en los años noventa era que la sociedad civil actuara dentro del estado pero sin capacidad de decisión, es decir no se le daba autonomía. En este contexto la participación quedó reducida a aspectos técnicos y de gestión. Aquí hemos mencionado el concepto de sociedad civil, este surge a partir de la dicotomía Estado-sociedad, dándole el termino civil a todo lo que no pertenecía al estado, así pues citando a Rodríguez el concepto más sencillo de sociedad civil es: “Todo lo que no es Estado y que mantiene su independencia del mismo, sin que esto elimine la posibilidad de coincidencias, la construcción de alianzas o trabajo en conjunto[3]”. La importancia de este término es que quienes principalmente toman parte dentro de los procesos participativos son las organizaciones internacionales, la sociedad civil y el estado.

Por tanto ahora podemos contar con una participación ciudadana independiente la cual siguiendo a Pérez Brito se define como la vinculación de los ciudadanos colectiva o individualmente en los procesos de toma de decisión de los programas o acciones de gobierno. Por otro lado encontramos a Canto quien nos dice que “por participación se entiende el proceso a través del cual distintos sujetos sociales y colectivos, en función de sus respectivos intereses y de la lectura que hacen de su entorno intervienen en la marcha de los asuntos colectivos con el fin de mantener, reformar o transformar el orden social y político[4]”. Por tanto, entendemos que la participación ciudadana es la incidencia que tenga las sociedades en los asuntos públicos de su comunidad, es decir que tanto se involucren en la resolución de un problema de la misma o bien intervengan en la toma de decisiones orientadas a cambiar cierto aspecto de su localidad.

De esta forma se podría decir que la participación ciudadana se ha puesto de “moda” en América Latina, de tal forma que en los procesos electorales que se llevaron acabo entre 2006 y 2007 prácticamente existió un consenso entre los contendientes ya que en todas las propuestas de campaña se hablaba de ella, y de que esta debía de estar presente en todas las agendas gubernamentales; de esta forma durante los últimos veinticinco años el estado opresivo, controlador e inflexible a transitado a ser un gobierno flexible e incluyente, esto al crear mecanismos de expresión que sin duda han mejorado la relación Estado-sociedades[5], esta relación es mejor gracias a los mecanismos que facilitan la expresión de la última de las partes, lo anterior sienta las bases para una verdadera gobernabilidad democrática la cual se caracteriza por respuestas negociadas, eficaces y eficientes a las demandas de la población.

Sin embargo el reclamo de participación en los procesos de decisión de una política pública es ahora una exigencia de la ciudadanía de los países de América Latina, la cual no nació de la nada, sino responde a condiciones particulares de su región tales como la ineficiencia e ineficacia de las políticas públicas contra la pobreza y el alarmante incremento de la misma, la desconfianza en la política y en los políticos, al igual que a la corrección de los errores que una democracia trae implícitos principalmente los defectos de la representación. De lo que se trata es que a partir de procesos participativos se creen propuestas que en cierto momento pasaran a ser acciones que den como resultado la resolución de las demandas apremiantes de la sociedad.

De esta forma tenemos que el Estado y el mercado no son los únicos que cuentan con poder a la hora de resolver los problemas de las sociedades, ya que ahora resulta indispensable tomar en cuenta a la sociedad y ceder cierto poder para que la misma pueda tomar parte de la solución. Coincidimos con canto al percatarnos que aunque al parecer este deber ser no cuenta con ninguna carencia habrá que aclarar que la participación ciudadana hasta el momento no es un mecanismo que resuelva todo, pues su área de acción no incluye los rubros determinantes del desarrollo social ejemplo de ello es que la sociedad no tiene ninguna ingerencia en los aspectos económicos importantes de una localidad tales como la generación de empleo entro otras.

En un proceso participativo intervienen varios factores, los más importantes son el capital social, el estímulo público y la acción, a continuación se tratara de otorgar un panorama de estas variables que influyen directamente en el éxito o fracaso del proceso de participación ciudadana.

Condicionantes de un proceso participativo

América Latina ha sido escenario de gran cantidad de procesos participativos, hay algunos como los presupuestos participativos en Porto Alegre que son considerados exitosos, estos últimos nos han dejado grandes enseñazas que habrá que tomar en cuenta a la hora de innovar e intentar aplicar uno diferente.

Por otro lado existen dos enfoques de participar, en primera instancia encontramos el “sentido integrador de `ser participe de´, es decir recibir o disponer de servicios, o en el de `tomar parte en´ que se refiere a la capacidad colectiva para promover iniciativas de dinamización de la vida social lo que supone una profundización de la práctica participativa[6]” ; en este trabajo entenderemos a la participación en el enfoque de “tomar parte en” ya que es aquí donde la sociedad no permanece pasiva y toma o bien se le otorga la posibilidad de ser parte de la solución o el cambio que se desea.

Uno de los aprendizajes que las prácticas exitosas nos han dejado es la necesidad de cumplir ciertos prerrequisitos a la hora de iniciar una practica participativa, por ello siguiendo a Kliksberg aparece como condición básica para la participación en América Latina la movilización de los pobres, lo cual nos lleva a una segunda condición la preexistencia de capital social y cultural, una siguiente condición es contar con lo necesario para institucionalizar dicha participación, por otro lado todo proceso participativo debe ser para si mismo un proceso de aprendizaje[7]; también es importante anexarle a la concepción de Kliksber la necesidad de contar con la información adecuada ya que las campañas en los medios de comunicación a lo mucho dan un panorama de los puntos más importantes en los que se esta trabajando más no dotan la información necesaria para que la ciudadanía participe también es importante tomar en cuenta la iniciativa gubernamental pues de ella depende que se de o no un proceso participativo.

Si bien es cierto que en los años noventa lo único que se seguía eran los supuestos económicos es necesario reconsiderar una vez más esta concepción; ya que la historia le ha dado la razón a quienes suponían que el enfoque económico no era lo único para mejorar el desarrollo social, tal es el caso Argentino, en donde en esa misma década aumentaba su PIB, sin embargo sus niveles de pobreza no disminuían, el ejemplo anterior nos muestra como los indicadores económicos no bastan para poder generar un mayor desarrollo social, la respuesta que el mismo Kliksber y otros autores le dan a este tipo de casos es la falta de inclusión del “capital social”.

Así pues el capital social toma particular relevancia a la hora de hablar de factores de desarrollo, este tiene por lo menos cuatro dimensiones: la primera es el clima de confianza entre las relaciones interpersonales, la segunda dimensión es la capacidad asociativa, seguido de la conciencia cívica que se refiere a la actitud de los individuos ante los problemas colectivos, y por último son los valores éticos que predominan en una sociedad. Quien determina el capital social son las mismas sociedades, siendo la desigualdad un factor trascendental para ello, si en las sociedades como las latinoamericanas hay mucha desigualdad las personas sentirán cierta violación a las reglas elementales lo que mermará la construcción de su capital social y por tanto de su desarrollo.

De esta forma podríamos definir al capital social como una serie de valores y capacidades de los individuos los cuales forman criterios en la población que conlleva a que esta participe o no en los procesos participativos, ya que en su conjunto forman una actitud social que los lleva a enfrentar los problemas colectivos de los cuales hablábamos.

Como lo habíamos mencionado otro de los prerrequisitos de vital importancia es la motivación pública, por ella se entiende la iniciativa que el estado tenga, y su capacidad para institucionalizar la participación pero sobre todo su disposición a llevar a la práctica lo acordado, en otras palabras la motivación pública es la disposición de las autoridades de poner en práctica un proceso participativo aceptando o rechazando todo lo que ello conlleva. Cuando un gobierno decide llevar acabo un proceso participativo ello lleva implícita la necesidad de ceder parte de su poder y su control a la sociedad, de igual forma es necesario enfatizar que el inicio, el éxito o el fracaso de un proceso participativo requiere de la iniciativa del gubernamental ya que sin su disposición nada se puede hacer.

Por otro lado también de esa disposición depende que lo acordado en asambleas ciudadanas se lleve a la práctica, y de esa acción que en determinado momento lleva acabo el gobierno determinará que las sociedades continúen participando, ya que se crea confianza o al inversa desconfianza en que su colaboración realmente esta siendo tomada en cuenta. Retomando el caso de Porto Alegre este ejemplifica lo que se ha mencionado anteriormente, ya que para que se de un presupuesto participativo los ciudadanos se reúnen en asambleas donde discuten las prioridades, al tenerlas el municipio se encarga de realmente usar los recursos públicos en lo que han decidido las sociedades[8].

Alcances y limitaciones de la participación ciudadana

Acertadamente Canto menciona que los alcances de la participación ciudadana son principalmente: “proporciona información sobre el ambiente social en el que se ejecutarán las actividades de desarrollo, revela de manera más eficiente las preferencias de los usuarios, generan aprendizajes sociales e innovación[9]”, de esta forma las políticas públicas formuladas a partir de la participación ciudadana realmente están orientadas a responder las demandas más importantes de la sociedad, ya que la jerarquización de la prioridad de los problemas esta echa según la vivencia de los ciudadanos, también el proceso participativo deja aprendizajes que pueden ser aplicados en otras administraciones de tal forma que se va mejorando día con día.

Otra de las ventajas mencionadas por Canto es la de “(…) fortalece a las instituciones locales, genera mayor credibilidad y legitimidad sobre las evaluaciones, contribuye a mejorar la eficiencia de las instituciones locales[10]”, esta afirmación trae consigo el supuesto de una sociedad organizada, que presiona y pide que se rinda cuentas, a través de esta rendición de cuentas un gobierno se legitima, genera confianza y por lo tanto asegura su permanencia en el poder.

También Canto nos menciona que la participación ciudadana “genera formación de capital social, fortalece la competitividad sistémica de la región o localidad, contribuye a la formación y/o fortalecimiento de identidad local o regional[11]”, es aquí donde podemos observar al relevancia que tiene la cultura, los valores y las tradiciones que identifican y por tanto hacen única una comunidad, y el como se va usando esta identidad “capital social” para poder responder por si mismos a sus propias demandas.

Considerando lo anterior podemos darnos cuenta que estos alcances fortalecen los prerrequisitos de un proceso participativo, trayendo como resultado el bien común, que a nuestro parecer es el mayor alcance de la participación ciudadana, más no hay que olvidar que esta también repara algunos de los Phatos democráticos, principalmente el de la representabilidad, siendo esta característica el segundo principal alcance de este tipo de procesos, como lo vimos en el párrafo anterior también resuelve problemas como la distancia entre representantes y representados el incumplimiento de las promesas de campaña y la ausencia de mecanismos de control que permitan que los representantes se responsabilicen ante el pueblo, sin embargo hay que hacer hincapié en que estos también son problemas que acarrea la democracia.

Retomando los errores democráticos en torno a la representatividad la participación ciudadana le hace frente al permitir la participación directa de los ciudadanos, tal como lo explica Vitale esto lo podemos constatar en el ejemplo de Porto Alegre donde incluso se plasmó dentro de la constitución la democracia semi-directa, es decir en donde hay representantes pero en algunos procesos es necesaria la participación directa de la ciudadanía[12].

Los anteriores son pues el lado amable de la participación, pero si tomamos en cuenta que esta en juego poder, presupuesto e intereses personales que a veces logran sobreponerse a el interés común también pues encontramos limitaciones, que en algunas ocasiones no dejan que estas atribuciones salgan a la luz.

Siguiendo a Canto tenemos que las principales limitaciones son “la formación de élites participativas que sesgan la participación, persistencia en la exclusión de los menos organizados para gestionar sus demandas, se vuelve ocasión de “captura” de recursos e instituciones redistributivas por parte de élites locales, sesga las preferencias del universo de usuarios hacia las de los participantes[13]”, aquí Canto se refiere a lo que Rodríguez llama “clientelismo”, es decir que a pesar de la utilidad de la participación ciudadana la elite política se empeña en obedecer a sus intereses particulares, de igual forma también se hace mención a la exclusión del proceso participativo, ya que en la mayoría de los casos no participa el número de población que se espera lo cual hace que disminuya el capital social y por tanto se incremente la apatía de la sociedad por lo que las políticas públicas que se generen de dicho proceso no corresponderán a las verdaderas necesidades de la población, y el gobierno no obtendrá los beneficios antes mencionados.

Las limitaciones que suele tener la participación ciudadana no queda ahí también se “(…) propicia la “informalización” de la política al abrir canales alternos a los de representación institucionalizada; limita la racionalización de las acciones gubernamentales dada la dispersión de las demandas; disminuye la confianza hacia las instituciones representativas[14]”, la primera limitación también responde a las prácticas clientelares, la segunda se da cuando la población realmente participa, pero todo se ve perdido cuando el gobierno no esta en posibilidades de dar respuesta a demandas tan variadas, y por último tenemos que debido a esta falta de acción las sociedades desconfían aún más en las autoridades.

De esta forma nos podemos dar cuenta de la gran importancia de cumplir con los prerrequisitos para poder obtener una práctica participativa exitosa, ya que de no ser así fácilmente puede transitar a un proceso participativo limitado lleno de vicios.

Consideraciones finales

La participación ciudadana es hoy en día de vital importancia para la vida pública de los municipios latinoamericanos ya que es una herramienta que impulsa el ansiado desarrollo social. Este surge a raíz de la necesidad ciudadana de ser tomada en cuenta y ser parte de las políticas públicas de su localidad, de igual forma por la necesidad de la misma de que realmente se responda a sus prioridades. A pesar de su importancia y del reconocimiento de la misma por parte de las administraciones públicas de los tres niveles de gobierno falta mucho por hacer, ya que en su mayoría los procesos participativos de esta región son limitados, es decir existe una gran distancia entre el deber ser y la práctica.

Podemos percatarnos de la gran importancia teórica pero sobre todo práctica de los condicionantes de los procesos participativos y de la necesidad de aplicar las enseñanzas de los procesos participativos exitosos, es decir sin la movilización de la ciudadanía, un capital social adecuado, información suficiente y motivación pública de nada sirve poner en práctica un proceso de participación ciudadana.

También nos pudimos percatar de que los alcances y las limitaciones de la participación ciudadana giran en torno al cumplimiento o no de los condicionantes, ya que de cumplirse el con ellos entonces se gozará se las ventajas de los mecanismos de participación ciudadana, es decir de alcances como el formular políticas públicas adecuadas a los requerimientos de la ciudadanía, innovaciones administrativas, fortalecimiento gubernamental el cual se ve reflejado en mayor legitimidad, fortalecimiento del capital social que se refleja en una sociedad participativa y se otorga una respuesta a los problemas democráticos principalmente a el de representatividad. De no ser así se tendrá que seguir luchando contra el clientelismo político y obedecer a intereses particulares, a la exclusión que lleva a obtener mayor desigualdad y por último a la informalidad política.

Es importante mencionar que es necesario seguir fortaleciendo la participación ciudadana, se ha avanzado mucho principalmente en el reconocimiento de su importancia, y de que no todo cabe en las atribuciones del estado y del mercado, de esta forma nunca se debe de olvidar que estos actores por si mismos nunca resolverán nada, es decir estos son interdependientes, son necesarios tanto el estado, como el mercado y la participación ciudadana para lograr los cambios que los países latinoamericanos demandan a gritos, de tal forma que todo lleve a un bien común y a la superación de millones de personas.




Bibliografía

Canto Chac, Manuel (2008) Las Políticas Públicas Participativas, las Organizaciones de Base y la Construcción de Espacios Públicos de Concertación Local, del programa Las Organizaciones de Base y la Construcción de Espacios Públicos de Concertación Local.

Kliksberg, Bernardo (2007) ¿Cómo avanzar la participación en América Latina, el continente más desigual? Anotaciones estratégicas, en revista del CLAD Reforma y Democracia, Núm. 37 Caracas, P. 9.

Kliksberg, Bernardo (2004) ¿Por qué es clave la cultura para el desarrollo?, en revista del CLAD Reforma y Democracia, Núm. 29 Caracas.

Pérez-Brito, Carlos (2004) Participación para el desarrollo: un acercamiento desde tres perspectivas, en revista del CLAD Reforma y Democracia, Núm. 30 Caracas.

Rodríguez Chang, Ronny (2005) Participación ciudadana en los poderes legislativos de Costa Rica y Guatemala: lecciones aprendidas, en revista del CLAD Reforma y Democracia, Núm. 33 Caracas.

Shack Yalta, Nelson (2005) La programación participativa del presupuesto en el Perú: primeras lecciones de un proceso de concertación, en revista del CLAD Reforma y Democracia, Núm. 32 Caracas.

Vitale, Denise (2005) Reforma del estado y democratización de la gestión pública: la experiencia brasileña del presupuesto participativo, en revista del CLAD Reforma y Democracia, Núm. 33 Caracas.
[1] Kliksberg, Bernardo (2007) ¿Cómo avanzar la participación en América Latina, el continente más desigual? Anotaciones estratégicas, en revista del CLAD Reforma y Democracia, Núm. 37 Caracas, P. 9.
[2] Pérez-Brito, Carlos (2004) Participación para el desarrollo: un acercamiento desde tres perspectivas, en revista del CLAD Reforma y Democracia, Núm. 30 Caracas P.2.
[3] Rodríguez Chang, Ronny (2005) Participación ciudadana en los poderes legislativos de Costa Rica y Guatemala: lecciones aprendidas, en revista del CLAD Reforma y Democracia, Núm. 33 Caracas, P. 3.
[4] Canto Chac, Manuel (2008) Las Políticas Públicas Participativas, las Organizaciones de Base y la Construcción de Espacios Públicos de Concertación Local, del programa Las Organizaciones de Base y la Construcción de Espacios Públicos de Concertación Local.
[5] Op cit, Rodríguez Chang, Participación ciudadana en los poderes… P. 3.
[6] Shack Yalta, Nelson (2005) “La programación participativa del presupuesto en el Perú: primeras lecciones de un proceso de concertación”, en revista del CLAD Reforma y Democracia, Núm. 32 Caracas, P. 2.
[7] Kilksberg, Bernardo (2004) ¿Por qué es clave la cultura para el desarrollo?, en revista del CLAD Reforma y Democracia, Núm. 29 Caracas.
[8] Vitale, Denise (2005) Reforma del estado y democratización de la gestión pública: la experiencia brasileña del presupuesto participativo, en revista del CLAD Reforma y Democracia, Núm. 33 Caracas.
[9] Canto Chac, Manuel (2008) Las Políticas Públicas Participativas, las Organizaciones de Base y la Construcción de Espacios Públicos de Concertación Local, del programa Las Organizaciones de Base y la Construcción de Espacios Públicos de Concertación Local, P. 3.
[10] Ibidem P. 3.
[11] Ibidem p. 3.
[12] Op cit, Vitale, Dense, Reforma del estado… P. 3.
[13] Op Cit, Canto Chac, Las políticas … P. 4
[14] Ibidem P.4.